3. Cooperación mutuamente beneficiosa o cooperación ventajosa para todas las partes

Origen y uso:

Este concepto se ha convertido en la piedra angular de la política exterior moderna de China. Fue muy destacado durante el primer viaje al extranjero (Rusia) que realizó Xi Jinping en calidad de presidente de China, en marzo de 2013. En el discurso pronunciado en el Instituto Estatal de Relaciones Internacionales de Moscú, Xi habló de la necesidad de construir un nuevo tipo de relaciones internacionales sobre la base de una “cooperación ventajosa para todas las partes”. La frase ha aparecido desde entonces en numerosos discursos pronunciados por Xi en viajes al extranjero, como su primera visita oficial a Estados Unidos en 2015 y cuando se dirigió a la Asamblea General de la ONU ese mismo año.

 

Consecuencias para los derechos humanos:

La resolución de China sobre “cooperación mutuamente beneficiosa” trata de transformar el derecho internacional de los derechos humanos en un asunto entre Estados. El término sugiere que los gobiernos afines unan sus fuerzas para proteger sus intereses. Una “cooperación” vagamente definida se convierte en un fin, no en un medio para lograr la protección de los derechos humanos. No queda nada claro quiénes se “benefician”, pero las resoluciones dan a entender que son los Estados negociadores, no las personas afectadas por violaciones de los derechos humanos o por esa “cooperación mutua”.

La “cooperación mutuamente beneficiosa” ignora además la responsabilidad de los Estados de proteger los derechos de las personas y cooperar con el sistema internacional y sus mecanismos para promover y proteger los derechos humanos. No concreta ninguna consecuencia para los países que se niegan a “cooperar”. Trata los derechos humanos como objeto de negociación y acuerdo, y pone énfasis en el “diálogo” por encima de la rendición de cuentas por los abusos contra los derechos humanos.

Un preocupante signo de la influencia cada vez mayor de Pekín en el sistema de derechos humanos de la ONU es que las resoluciones sobre “cooperación mutuamente beneficiosa” hayan sido aprobadas en 2020 y de nuevo en 2021, a pesar de haberse intensificado el escrutinio internacional sobre el trato dispensado por China a las minorías étnicas en Tíbet y Xinjiang y sobre su represión de las protestas de Hong Kong en 2019. De hecho, poco después de la aprobación de la resolución en 2020, 50 expertos y expertas de derechos humanos emitieron una declaración conjunta expresando su “alarma” por la represión de las libertades en China, al mismo tiempo que señalaban que el gobierno chino “casi siempre” ha rechazado que se critique su historial de derechos humanos y ha castigado a activistas que cooperan con la ONU.