Origen y uso:
Esta frase la pronunció el presidente Xi Jinping durante su primera visita oficial a África en 2013. Con su ofrecimiento de ayuda “sin condiciones” a los países africanos trataba de distanciarse de las condiciones impuestas por los países occidentales y los organismos crediticios internacionales, como el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial. “China seguirá ofreciendo, como siempre, la ayuda necesaria a África sin condiciones políticas”, afirmó Xi.
Volvió a referirse a ello en una importante conferencia sobre la cooperación entre China y África celebrada en 2018, donde anunció el enfoque de los “cinco noes” en las relaciones con África: “No interferir en la búsqueda de caminos de desarrollo de los países africanos que se correspondan con sus condiciones nacionales; no interferir en los asuntos internos de los países africanos; no imponer la voluntad de China a los países africanos; no imponer condiciones políticas en la asistencia a África; y no buscar beneficios políticos propios en la inversión y la cooperación financiera con África”.
Estas políticas han permitido a China proporcionar a gobiernos represivos de países como Sudán y Zimbabue la financiación que tanto necesitaban prestando poca o ninguna atención a aspectos políticos o de derechos humanos.
En realidad, la ayuda y la financiación para el desarrollo de China sí tiene condiciones vinculadas a los intereses comerciales de Pekín, como la Iniciativa de la Franja y la Ruta, así como a objetivos de política exterior, como su política de “una sola China” en relación con Taiwán.
Consecuencias para los derechos humanos:
Los países occidentales y las instituciones crediticias internacionales suelen imponer diversas condiciones a cambio de ayuda exterior, acuerdos comerciales y préstamos como incentivo para que los países receptores refuercen los derechos humanos, los principios de gobernanza, la legislación laboral y otras cuestiones relacionadas con el bienestar de sus poblaciones.
Sin una mayor transparencia de los acuerdos de inversión alcanzados por China, es difícil evaluar si el enfoque de los “cinco noes” se lleva realmente a la práctica. Los grandes préstamos o los préstamos múltiples, sobre todo los concedidos a países que encontrarían difícil acceder a financiación de otras fuentes de crédito internacionales, crean una dependencia económica que después puede utilizarse para conseguir favores políticos, como apoyar las posturas de China en foros internacionales, rebatir las críticas a su historial de derechos humanos o esperar que los Estados receptores se autocensuren en sus comentarios sobre China.